No había sido un gran día, por un lado el profesor de libre elección se empeñaba en demostrarme lo equivocado que estaba al pensar que su asignatura era bonita, por otro, en el trabajo las cosas no caminaban como debían, y por otro la bicicleta que tuve se esfumó sin decir adios, así que dieron las siete y media y aunque me quedaba un gran viaje en metro, me decidí parar un poco y darme un respiro.
Normalmente para esto prefiero un paseo por un sitio agradable o mis lugares secretos (que si dijera aquí tendría que matarlos a todos, y teniendo en cuenta que tengo una media de 26 visitas al día no me sale rentable),pero esta vez hacía mucho frío, y me encontraba desde que puse el primer pie en el suelo con una extraña sensación de descomposición, así que opté por la relectura de un lugar que se está convirtiendo en un poco mío, el strabucks de Alonso Martínez. Llegué y me pedí un chocolate caliente, luego serpenteé y me metí en uno de los salones de dentro, me senté en un cómodo sofá, me volví a poner las gafas que había guardado hacía tan sólo 3 minutos y medio, y saqué mi tercer ejemplar de Esquire.
A medida que iba leyendo la entrevista a doña Scarlett Johanson, mi nivel de crispación disminuía, la entrevista era genial, el chocolate caliente conseguía detener mi estómago, y la agradable música de mi i-pod bajaba los picos de mi encefalograma. Un break magnífico, super(ficial) mundano y con aires de grandeza, pero me sirvió. Y tanto.
Que petardo te pones cuando quieres: starbucks, ipod, esquire..... cómo se nota que vives rodeado de un ambiente un tanto liviano.
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1 comment:
Scarlett siempre es un buen kit kat. Yo me la llevaría todos los días a clase para hacer un descansito.
Un abrazo!!
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